Tocar los pedales en el piano

Parece que los pedales del piano son para los estudiantes una de las cosas más interesantes del aprendizaje. Probablemente, esto sucede porque, al principio, no parecen ser estrictamente necesarios, al contrario de las teclas, que su necesidad es imperiosa. Cuando miramos a alguien tocando el piano, no podemos olvidar que mediante la presión de las teclas se produce el sonido; nos preguntamos cómo los dedos pueden presionar las teclas correctas o la velocidad con la que las presiona, pero no nos preguntamos por los pedales.

Los pedales son misteriosos. Si nos detenemos en estudiar los movimientos de los pies del pianista mientras éste está interpretando una pieza, nos será difícil comprender qué está haciendo con los pedales. A continuación exponemos una simple y rápida explicación sobre qué hacen los pedales y qué conseguimos mediante su uso.

El pedal derecho levanta la “sordina” de las cuerdas, lo cual significa dos cosas: 1. La nota o el acorde que se haya golpeado presionando el pedal derecho quedará sostenida mientras las cuerdas sigan vibrando o hasta que se levante el pie del pedal. 2. Las demás cuerdas empezarán a vibrar en simpatía con la cuerda que se acabe de golpear, produciendo un sonido más rico e intenso de lo que ese sonido consigue por sí mismo.

El pedal izquierdo levanta los martillos y los acerca a las cuerdas (en el piano vertical), o los mueve ligeramente hacia la izquierda (en el piano de cola). En el caso del piano vertical, el resultado es simplemente un sonido más ligero. En el piano de cola, debido al movimiento hacia la izquierda, se modificará el número de cuerdas que los martillos golpearán por cada nota, y alterará el punto de contacto entre éstos. El sonido no será más ligero, sino que tendrá un timbre diferente.

El pedal central no siempre está en todos los pianos. Tiene diferentes funciones y no es esencial. En los conciertos de pianos de cola, este pedal hace posible que algunas notas queden sostenidas mientras que otras no.

De los dos pedales más importantes, el izquierdo es el menos problemático. Si se está tocando en un piano vertical, se debe utilizar cuando se quiera conseguir un sonido más ligero. Si se está tocando en un piano de cola, sin embargo, se debe utilizar de forma más cautelosa ya que con el movimiento de los martillos se consigue un efecto en el sonido.

Coloca el pie sobre el pedal cuando quieras conseguir una interpretación más suave, pero guárdate este efecto para aquellas ocasiones especiales en las que necesites dar un tono de color a tu interpretación.

EL PEDAL DERECHO: EL SOUL DEL PIANO

El pedal derecho es motivo de un artículo por separado o incluso de un libro entero, ya que sus diferentes usos acaban siendo una parte esencial de cómo tocar el piano. Por ahora, me limitaré a ofrecerte unas observaciones generales sobre cómo utilizarlo.

La primera recomendación consiste en utilizarlo para conseguir sostener aquellas notas que no pueden ser sostenidas con los dedos; y que ofrecen un sonido rico a los acordes y a las melodías “legato”. De hecho, en algunos tipos de música, será más fácil enumerar cuándo no debes utilizar el pedal derecho. Cuando estés interpretando una pieza de Chopin Nocturna, por ejemplo, tu pie deberá presionar constantemente el pedal –lo único que deberás saber es cuándo liberarlo para conseguir un momento de limpieza en el sonido, lo que llamamos “cambio de pedal”.

Como pianista de nivel inicial o intermedio, necesitarás mucha ayuda sobre cuándo y cómo utilizar el pedal derecho. Los pianistas inexpertos a menudo caen en el peligro de desenfocar su música utilizando excesivamente el pedal, en el lugar inadecuado o no cambiando lo suficiente. Utiliza las sugerencias de cómo usar los pedales que encuentres en la partitura o sigue los consejos de tu profesor. Generalmente, debes aprender a interpretar una nueva pieza sin a penas utilizar los pedales. Después, podrás ir añadiendo los pedales para dar un toque especial a algunas partes de tu interpretación, practicando cada una de ellas por separado. A medida que tengas más experiencia, podrás decidir por ti mismo dónde presionar un pedal o incluir su uso desde el primer momento de interpretación de la pieza.

De todas maneras, te recomiendo que pruebes de interpretar toda la pieza sin el uso del pedal, ya que así te podrás centrar en tus dedos. Para mí, esto es importante para la memorización, ya que podrás tocar un poco más lento, más limpio y con más cuidado.


UTILIZA TUS OÍDOS COMO EXPERIMENTO

Recuerda que los distintos lugares donde toques, necesitarán diferentes cantidades de uso del pedal. A veces, la resonancia de una gran sala puede suplir algunos de los efectos que tú normalmente conseguirías con el uso del pedal; mientras que en un espacio más pequeño con una acústica seca, necesitarás presionar más el pedal para conseguir el mismo efecto.

Cada piano, además, responde de forma distinta al uso del pedal. Por este motivo, el mejor consejo que puedo ofrecerte es que escuches detenidamente y experimentes con el pie hasta que consigas el sonido que quieres conseguir. Realmente, dominar los pedales es una de las cosas más difíciles de tocar el piano, pero no por ello tienes que tener miedo a intentarlo, ya que ésta es

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